El ligamento cruzado anterior es el freno principal al desplazamiento anterior de la tibia, limita la rotación tibial y la angulación externa de la rodilla cuando está completamente estirada.

 

La rotura del ligamento cruzado anterior es una lesión frecuente en la actividad deportiva, el mecanismo se produce en un cambio brusco en la dirección de la rodilla al decelerar bruscamente. 

 

La evolución natural de una ruptura de ligamentos conlleva inestabilidad crónica de la rodilla, provocando en el paciente la sensación de inseguridad en la misma, impidiéndole por ende la actividad deportiva y, limitando muchas actividades de la vida sedentaria.

 

La lesión del ligamento cruciforme anterior (LCA) se puede describir como el desgarre parcial o completo o el desprendimiento total o avulsión de las partes óseas que forman la rodilla.

 

Puede ocasionar uno o varios de los siguientes síntomas:

 

• El paciente siente o incluso oye un "pop". 

• Inestabilidad de la rodilla (le falla, sensación de que no le aguanta).

• Inflamación moderada o severa. 

• Dificultad para apoyar la extremidad lesionada.

• Puede haber limitación para doblarla y estirarla (por dolor, lesión asociada de los meniscos u otros factores).

• Deficiencia Crónica.